Si la
entrada de Peñalara se hizo de rogar casi tres meses, la de la Marató Pirineu
viene calentita calentita, sacada del horno vamos.
Voy a
sacar la vena de futuro docente que de vez en cuando me sale para informar un
poco a grosso modo en que consiste la prueba.
A pesar
de su nombre, la Marató Pirineu no transcurre por los Pirineos, sino que lo
hace por la sierra del Cadí-Moixeró, que es un parque natural que está justo
delante de los Pirineos, pero como dice el refrán, el perro es mío y lo llamo
como quiero. Es la versión corta de la mítica carrera Cavalls del Vent, si, la
misma que han cogido los de Salomon y han estrazado igual que a un cochino en
la matanza, alargándola 20km y llamándola Ultra Pirineu. Los puristas dicen que
se han cargado la carrera y viendo los “pros” inscritos puede ser cierto, pero
lo que también es cierto es que la que montan a nivel de infraestructuras y
despliegue de medios es acojonante.
La
Marató sale de Bagá, típico pueblo de montaña chulísimo, a la par que independentista
(aunque ese tema me da un poco bastante igual) y llega 44 km – ¿no decías que
era maratón? – y 2600 metros de desnivel positivo después a Bellver de la
Cerdanya; pueblo que no tengo el gusto de conocer ya que cuando quise llegar
llevaba los ojos vueltos.
Mi
carrera se puede dividir en dos partes bien diferenciadas, la primera hasta el
km 20 que es cuando yo estoy disputando la carrera y la segunda, después del km
20, que es cuando la carrera me disputa a mí.
A las
11.00 de la mañana se daba la salida en la plaza de Bagá, 600 corredores y
corredoras dispuestos a sufrir como perros por el Cadí, 1250+ y un calor
impropio de la época nos esperaban en tan solo 8 km, que para
ponerlo en perspectiva es como si subes dos veces seguidas desde Navamorcuende
a las antenas del Píelago. Callejeamos un poco y rápido me pongo en el grupo
cabecero, y es entonces cuando decido que voy a arriesgar con la táctica de
carrera. Por delante se van 3 corredores y no hacemos ni intentona de
seguirles, y por detrás nos quedamos un grupo muy majo de 4 en el que llevamos
un ritmo bastante bueno. A medida que vamos ganando altitud voy subiendo un
poco el ritmo y los compañeros de viaje se quedan. Llego al control 1(km 8 y
1750m) en 4ª posición y con buenas piernas, pero es justo pasar el control y
pego un pequeño brujulazo que me hace perder
la ventaja que llevaba al grupo de detrás. Cojo el camino correcto otra
vez y voy solamente unos 10’’ por delante nada más. Intento no ponerme nervioso
y seguir el ritmo que llevaba, pero aunque no quiera ya me modifica lo
planeado. Al terminar la bajada terminan cogiéndome 2 corredores, hacemos
juntos la subida al control 2 (km 14 y 2250m) y ahí ya se me van. En ese
momento marcho en 7ª posición y me repito 1000 veces mentalmente que tengo que
hacer top10 como sea.
Tras
avituallarme en el control 2 y tras una pequeña bajada, comienza la subida al
punto más alto de la carrera, el refugio Niu de l´Agila (km 20 y 2600 m). La hago
tranquilo pero por detrás veo que se me está acercando gente por lo que una vez
coronado, me tiro fuerte en la bajada. Y aquí es donde llega el punto de
inflexión en la carrera. La bajada del Niu transcurre por una pista de esquí
con una pendiente grandísima y a causa de tanto retener, los cuádriceps
empiezan a decir que a donde voy. Me meto un buen chute de sales y parece que
la cosa se tranquiliza, pero en cuanto levanto la pierna un poco más de lo
normal vuelven a aparecer los calambres, por lo que ya cambio el chip de
carrera totalmente y me mentalizo de que me va a pasar hasta el del carro de
los helados.
Con más
pena que gloria voy haciendo camino hasta llegar al control 4 (km27 y 1500m) y
según llego veo al que iba 3º retirado y a otro que me ha pasado bajando dando
voces por no sé qué del material, yo mientras a lo mío, no sin sacar un poco la
cara por la voluntaria a la que estaba dando voces, y es que el material
obligatorio llevaba publicado cerca de 4 meses. Termino la bajada y llego a la
última subida, la cual ya hago andando completamente. Ya no solo eran los
cuádriceps, a la fiesta también se habían sumado los gemelos, los isquios y
atención ¡los abdominales!, poniendo de manifiesto la falta de trabajo del CORE
que llevo desde el inicio de temporada (soy un gañan Arri, lo sé).
Termino
la bajada y ya solo queda la subida final con su correspondiente bajada a meta.
Se me hace eterno hasta que llego al último control de paso, el 5 (km33 y
1800m). Entre medias me ha dado tiempo a pararme en un pilón a beber, a coger
un par de palos y usarlos como bastones, a poner y quitar la música 30 veces,
¡ya no sabía ni lo que hacer!, me faltó sacar el móvil y ponerme a jugar al
Candy.
Comienza
la bajada a meta y ya no es que me la tome con calma, es que hay tramos de
bajada que no puedo ni correr por miedo a que se suba todo, pero ya entré en
una espiral que me daba todo igual, solo quería llegar. En 10 km de bajada me
pasan 7 corredores y ojo, ¡la primera
clasificada!, es la primera vez en una carrera que no sea maratón de asfalto
que me pasa la primera clasificada femenina, y lo digo desde la admiración eh,
que conste, que la chica iba como un tiro.
Por fin
vislumbro la meta y la sensación esta vez fue de alivio, ni alegría ni dolor
(que lo había y mucho) ni nada, solamente alivio de poner fin al calvario que
estaba pasando. Puesto 16º general y no se cual senior todavía, y tampoco me
interesa. Lo que sí que me interesa es que la lección está bien aprendida y es
que hasta que no te pegas de frente contra la pared no te das cuenta de lo que
duele, por mucho que te hayan avisado de que es hormigón.
Haciendo
autocrítica, tenía un top 5 en las piernas si no hubiera hecho el imbécil
saliendo tan fuerte, así como no hubiera penado tanto a nivel muscular si
hubiera llevado el trabajo de fuerza al día. Espero que para la próxima no me
pase.
Y por
último no quería cerrar la entrada sin agradecer a los que en mayor o menor
medida han hecho posible que pudiera correr esta carrera, Melani, Adri, Pepe y
Merca, ¡GRACIES! Y mención también para el gran Javi Bikila, que me acompañó,
corrió y finalizó la prueba, quitándose un poco la espinita del GTP.
Dentro
de un mes estaremos de vuelta con la entrada del Amsterdam Marathon, si no hay
alguna sorpresa antes…