Asfalto, nos vamos a dar un tiempo; Crónica del Maratón de Amsterdam

lunes, 3 de noviembre de 2014 21:39 By José Muñoz Sánchez

Juanma Lillo, de profesión entrenador de fútbol y de vocación filósofo, comentaba hace un tiempo en una tertulia deportiva, de esas que tanta pereza me producen, que el Barça de su amigo Pep Guardiola acababa de perder el partido de Champions contra el Chelsea por "fatiga cognitiva". Entonces, me resultó tan curioso el término que se me quedó grabado a fuego en la cabeza sin saber que unos años más tarde ese motivo sería por el cual yo acabaría haciendo una de las peores de carreras de mi vida en cuanto actitud y resultado se refiere. 



La fatiga cognitiva, explicado un poco a lo bruto, es cuando la cabeza dice basta debido a una continua carga cognitiva. Vale, muy bien, ¿y qué es una carga cognitiva? Pues cargas cognitivas suelen ser tareas que demanden mucha concentración o una demanda emocional muy alta. En mi caso esa serie de cargas yo se las atribuyo a dos hechos fundamentalmente: correr maratón de Valencia, maratón de Madrid, Trail de Peñalara, marató Pirineu y maratón de Amsterdam en el corto espacio de tiempo de 11 meses y al haber competido cuatro fines de semana seguidos en el último mes y medio pre-maratón. Si es que como dice mi hermano Rober, soy un ansias...

También tengo que decir que en ningún momento estuve metido en carrera, ni antes, ni durante, ni después. Esos típicos nervios que tienes antes de cualquier carrera de pueblo ese día no aparecían, y cuando eso ocurre... malo. 

Los días previos al maratón las sensaciones en los respectivos trotes eran geniales, estaba cómodo y con la sensación de creer haber hecho las cosas bien. La alimentación la cuidé en la medida de lo posible y la estrategia la llevaba bastante clara, bastante conservadora por cierto. Pero una vez en faena todo se torció desde el primer momento. Vale que no llegamos precisamente pronto a la salida, tan solo 30 minutos antes, pero bueno, estamos medio en hora, pero lo que no puede ser por parte de la organización (y es el único "pero" que les pongo) que un maratón IAAF Gold Label pretenda meter por la puerta de un estadio de 2x1,50 a 15.000 corredores. Cuando salieron los primeros yo ni siquiera había entrado en el estadio. ¿Cuál es el problema de esto? Que cuando te toca salir tienes que adelantar a 8000 personas por las calles de Amsterdam, que anchurosas no son precisamente. 

Por fin salgo y mi objetivo prioritario era poner la marcheta de 3'50''/km que tenía estipulada para los 10 primeros kilómetros, pero era imposible, solo podía ir a acelerones y frenazos. Hasta el km 13 no puedo ir agusto y encima es en la parte que más sopla el viento, bordeando el río Amstel. Me voy resguardando como puedo hasta el punto de giro que empieza a soplar de culo y voy más cómodo. Mientras tanto ya las plantas de los pies me estaban dando un poco la lata, y este es un tema que ya no se como acertar, la elección de zapatilla. En este maratón corrí con unas Nike Pegasus que son dos sofás de zapatillas y me empezaron a doler las plantas antes incluso que en Valencia que llevaba unas voladoras. 


Paso el medio maratón en 1h 23' y empiezo a echar cuentas: si adelantando a media Europa he pasado el medio en este tiempo, a poquito que fuerce la máquina a partir del km 35 hago marca personal. No eran cuentas de la lechera, iba bastante bien; los geles había entrado sin problema, ni atisbo de dolor de tripa ni calambres, tan solo las plantas me molestaban un poco, por lo que era bastante factible. Hasta que llegó el muro, esta vez en el km 30. La gente habla del km 35 como muro pero lo que no saben es que el muro es de Bilbao, y aparece donde quiere y como quiere. A mi me llego en forma psicológica no de pájara, ya que en ese momento que tienes que tirar de cabeza y corazón y no de piernas yo era incapaz de tirar de cabeza. Bajé el ritmo a ver si se me pasaba, pero nada, imposible. Llegué a hacer kilómetros enteros andando y luego cuando volvía a correr corría sin forzar a 4'20''/km, pero cuando venía otra recaída me echaba andar otra vez. Entré en una espiral de pasotismo que me daba igual marca y me daba igual estar corriendo en una de las ciudades más bonitas de Europa. "You can do it" me decían los amables holandeses, pero yo solo me reía y negaba con la cabeza. 


Pasan los lentos kilómetros  y ya estoy encarando el estadio olímpico, solo busco a Melani pero no la veo por ningún lado. Bajada y entro en el tartán afrontando los últimos 200 m de carrera, me quedo un poco empanado mirando a las gradas y llego a meta, más entero que un caballo sin capar y es que mierdear en los últimos 12 kilómetros es lo que tiene, que no te cansas. 3h 09' 10'' y otro maratón para el zurrón, es lo que me quedaba...

Mi hermano rebajó su marca 2' y sigue progresando, ósea que guay. En cuanto a mi, espero que esta carrera sirva como toque de atención para el año 2015 y aprenda de mis errores. De momento del asfalto me olvido y toca centrarse 100% en el monte, que es lo que de verdad me gusta y me motiva. 

Os dejo el enlace de mi track en Strava: http://www.strava.com/activities/210289978

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